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septiembre 2018

Nos deja nuestro capellán

By | Pompeyano | No Comments

Querido cura Pepe:

            Como grupo guía scout Pompeya, se nos hace muy difícil decirte adiós, porque fueron más de 20 años compartiendo momentos inolvidables, tanto en la parroquia como en campamentos, y no quisiéramos dejarte ir. ¿Cómo despedir a alguien que marcó la vida de tantas alitas, caminantes, guías, lobatos, pioneros, ruteros, scouts, apoderados y apoderadas de todas las épocas y todas las edades?

            Creo que hablo por todos cuando digo que fuiste más que un capellán de grupo; fuiste un gran amigo, un excelente consejero y un verdadero scout. Siempre recordaremos con emoción los fogones cantando juntos el “quédate conmigo” y los retiros espirituales donde nos acercaste a la fe y a la reflexión, facilitando libros para leer, momentos para pensar y un espacio de confianza para conversar. Será imposible olvidar todas esas reflexiones después de misa con la manada, o las olimpiadas, donde le ponías un 7 a las canciones de todos los equipos, o los campamentos, donde compartiste con una patrulla un plato de tallarines con tierra; comida que siempre agradeciste y nos felicitaste porque estaban ricos. También estuviste en el momento más importante que tuvimos como guías y scouts; la formulación de nuestra promesa, momento que nos recordaste con amor (y a veces con algo de enojo) cada concejo de grupo en que nos viste perder el buen rumbo

 

            Aquí podríamos estar varios días y noches compartiendo un sinfín de recuerdos contigo, porque tu vocación con nuestro grupo siempre fue más allá de lo que cualquiera pudo haber hecho, y lo único que nos pediste a cambio durante todos estos años, es que leamos más lento en la misa. Hoy Dios te llamó a su lado, y como en cualquier campamento de paso, lloramos porque las despedidas son difíciles. Sin embargo, recordamos una frase que siempre dijiste en estas situaciones: “Los muertos son una presencia invisible, que miran con ojos llenos de luz, nuestros ojos llenos de lágrimas”.

            No podemos hacer otra cosa que darte infinitamente las gracias, por todos los años compartidos, todas las veces que pusiste la cara por el grupo y nos defendiste, porque confiaste 100% en nuestras capacidades y por todo el amor que pusiste en tus acciones para dejar el mundo mejor de cómo lo encontraste; no nos cabe duda, de que nos acompañarás y cuidarás por siempre donde vayamos, levantando tu carpa junto a la nuestra.

Buena caza.